miércoles, 9 de diciembre de 2009

Sobre la reforma política (Artículo del Diario Miradas al Sur)


Dos analistas creen que afianza el rol de los partidos. Si finalmente la reforma electoral sale aprobada esta semana en el Senado, el escenario argentino de cara a las elecciones presidenciales de 2011 sufrirá una serie de alteraciones a partir de la aplicación de la nueva ley. Si bien en la Argentina analizar lo que puede suceder dentro de dos años es casi hablar de ciencia ficción, las reglas de juego que impondría el nuevo sistema de partidos impulsan una serie de proyecciones e interrogantes. ¿El peronismo disidente le dará pelea a Néstor Kirchner dentro del PJ en las primarias abiertas o se aliará con el PRO y competirá contra el ex presidente en la general?¿El Acuerdo Cívico y Social irá a internas manteniendo la alianza o cada uno de los partidos que lo integran harán la suya propia?¿Los aparatos partidarios se impondrán sobre el voto independiente, o viceversa? Los consultores Roberto Bacman del Centro de Estudios de Opinión Pública y Analía de Franco de Analogías trataron de dilucidar algunos de estos interrogantes.
“El mayor aporte que traerá esta reforma política es que va a ordenar el voto no sólo a través de candidatos como pasó en el 2003, sino a través de los partidos políticos”, asegura Bacman. En la misma sintonía, De Franco sostiene que esta reforma “previene que se produzcan fenómenos como los que han dado últimamente en los que crean candidatos sin partidos”.
Desde el momento en que los presidenciables tendrán que sortear más escollos que hasta ahora, las alternativas de alianzas y reubicaciones de los actores políticos adquieren las posibilidades más variadas. “Creo que el camino hasta el 2011 está muy abierto. Por ejemplo, con el peronismo disidente habrá que ver si decide dar la pelea dentro del PJ, como propone Duhalde, o si arma otro partido para competir contra Kirchner en la elección general. Teniendo en cuenta las trabas que pone la nueva ley para la creación de partidos nuevos, me inclino más por la segunda opción”, afirma Bacman. De Franco, en cambio, prefiere no hacer estimaciones. “Todavía está todo muy maleable”, asegura. “Creo que los acuerdos se van a ir cerrando según cómo se vayan posicionando frente al electorado. Nadie se inmola sabiendo que puede perder votos”, agrega.
En donde ambos consultores no se animan a hacer conjeturas es acerca del destino final que puede llegar a correr Julio Cobos, quien a pesar de ser el político con mejor intención de voto, no cuenta aún con una estructura partidaria que lo respalde. “Hoy por hoy, Cobos es un enigma”, sostiene De Franco. “Si vuelve a la UCR, no creo que el partido decida oponerle otro candidato en una interna abierta, por más que hoy (Gerardo) Morales se enoje con él.” Bacman cree que el éxito electoral de Cobos está atado a su retorno al centenario partido. “Si no arregla con el aparato, va a tener que ir por afuera del radicalismo y en ese caso, por más imagen positiva que tenga, habrá que ver si le alcanza el piso para ser candidato”, agrega. Inclusive, Bacman también tiene dudas con respecto a la perdurabilidad del Acuerdo Cívico y Social, al menos como propuesta electoral. “El ACyS tiene un problema de anclaje ideológico. No veo una esperanza de crecimiento de este espacio con las normas que establezca la reforma política. La Coalición Cívica, por ejemplo, va a tener que decidir si sigue siendo un partido político o si se convierte en una línea interna del radicalismo.”
El peso de los aparatos. El último antecedente importante de internas abiertas fue el de la Alianza, en 1999, entre Fernando de la Rúa y Graciela Fernández Meijide. La clave del triunfo del primero fue la de contar con un poderoso aparato como el del radicalismo, en comparación con las débiles estructuras partidarias del Frepaso. De Franco y Bacman no coinciden en cuánto pueden llegar a condicionar ahora los aparatos en unas internas que además de abiertas son simultáneas. “Hasta que no vuelva a haber una estructura de fidelidades partidarias, hasta que no se reestructure esas fidelidades estalladas, va a seguir teniendo mucho peso el aparato partidario”, sostiene el consultor de Ceop. En cambio, De Franco cree que al ser elecciones simultáneas y obligatorias “los pesos de los aparatos se diluyen, el voto del electorado independiente pasa a tener mucha mayor influencia”, asegura.
Finalmente, respecto al comportamiento del elector independiente, ambos creen que no habrá un desempeño uniforme. “Puede suceder que en la primaria prefiera votar a aquel sea más afín a su ideología y que en la general opte por el que le genere menos grado de rechazo”, conjetura Bacman. “Pero la verdad es que contamos con muy pocos antecedentes en la materia para dar un juicio contundente”, remata.

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