LA JUSTICIA DESCUBRIO QUE LA UCEP SIGUIO ACTUANDO DESPUES DE SU SUPUESTA DISOLUCION
Tras los escándalos por los violentos desalojos de indigentes, el gobierno porteño anunció que disolvía la UCEP. El jueves, un juez allanó el Edificio del Plata: se llevó material que comprobaría que una célula paralela continúa con los procedimientos.
Después de las críticas que generó la actuación de la UCEP –la fuerza de choque del gobierno de Mauricio Macri dedicada a desalojar a indigentes del espacio público–, la Justicia porteña investiga el accionar de una célula paralela a ese organismo, que habría actuado en al menos cuatro procedimientos de desalojos en la vía pública tras su anunciada disolución. El jueves pasado, el juez Roberto Gallardo allanó oficinas en dos pisos del Edificio del Plata, una de las sedes administrativas del gobierno de la ciudad, y secuestró dos computadoras e importante documentación. Allí habría hallado elementos que certificarían esos operativos, los que serían ilegales, ya que el propio juez los había prohibido en un fallo de fines de octubre: allí ordenaba que sólo podían realizarse desalojos en la vía pública con previa orden judicial. En el allanamiento se secuestraron además fotografías de movilizaciones de organizaciones sociales contra la UCEP, lo que podría indicar que la actividad de este grupo no se limitaba a la “limpieza” del espacio público sino también a tareas de inteligencia.
Según revelaron fuentes judiciales, la nueva actuación judicial se generó el 27 de noviembre último, cuando dos estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, Patricia Laterra y Facundo Lastra, se presentaron ante el juzgado de Gallardo para denunciar que habían sido testigos de un procedimiento realizado el 18 del mes pasado, a las 7 de la mañana, en la avenida Córdoba y Uriburu. Allí, en la esquina de la facultad, vive desde hace años un indigente que los que frecuentan el lugar conocen como Carlos, y a quien los estudiantes con alguna frecuencia ayudan con alguna moneda o alimentos.
Los estudiantes, según consta en su declaración testimonial, pudieron ver cómo esa mañana cuatro hombres con remeras que llevaban la leyenda Unidad de Control del Espacio Público (cuya sigla es UCEP), al mando de alguien a quien llamaban Polaco o Gustavo, habían cercado el lugar que ocupaba Carlos con cintas amarillas y colocado un cartel que anunciaba que estaban “Haciendo Buenos Aires”. Dentro del perímetro, cuatro o cinco operarios procedían a la remoción de un puesto de diarios abandonado, junto al cual había buscado refugio el indigente, y de todas las pertenecían del hombre que habitaba ese lugar: tres colchones, una cajonera, una silla de mimbre y seis cajas con ropa y otros elementos. La Gestapo de Macri se niega a parar.
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