viernes, 18 de julio de 2008

sobre hacer un café filosófico - debate

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Chicos, lean bien la historia. Si quieren debate vayan por otro lado. Los que quisieron un debate honesto serio dentro del peronismo, ya sea con el General vivo o muerto, terminaron exiliados, desaparecidos o borrados misteriosamente de la politica. No se olviden que la AAA era peronista, y los Montoneros también. Si van a usar armas de grueso calibre o matarse a tiros, en ese caso el debate es posible dentro del peronismo.
Madonna Quiroz es considerado un gran intelectual dentro de las filas sindicales.

Anónimo dijo...

Los K: Cero a la izquierda

Martín Caparrós, en la edición de hoy de Crítica, publica una certera reflexión sobre los tiempos actuales y como los ejecutan Cristina y Néstor. Además, y lo más amargo del caso, establece un posible escenario sobre lo que podría venir posteriormente.


"Si esto sigue así el gobierno centrista de los Kirchner va a tener la culpa de una vuelta victoriosa de la derecha."

Por Martín Caparrós

10:02 | 12.09.2008

El problema es después. Ahora estamos como estamos –más o menos– y se diría que esto va a durar: tengo la sensación de que los tres próximos años van a ser pura mediocridad semejante. Es una sensación: una mezcla de ideas que no puedo llamar un análisis pero que, si analizo, me parece acorde con los datos que tengo, las experiencias, las palabras. Creo que, a menos que se produzca alguno de esos shows inesperados que la Argentina siempre ofrece, los tres años de kirchnerismo que nos quedan van a seguir siendo, en el mejor de los casos, como éstos: un gobierno confuso, sin objetivos claros, sin pertenencia definida, sin una base firme, que va y viene entre la realidad y su discurso y que, de vez en cuando, puede intentar incluso alguna medida con la que estoy de acuerdo.

"Pensando en los gobiernos previos no parece tan grave: sólo será otra de esas pérdidas de tiempo, de esos clásicos desperdicios de oportunidad que han hecho grande y tonto –tan fracasado– a este país.

"El problema es después. Porque, para desgracia de propios y ajenos, este gobierno dice que promueve ciertos cambios progres –y ha convencido a buena parte de la ciudadanía desatenta, la mayoría, que no siempre tiene ganas de ponerse a analizar matices. Si un señor te recibe en un consultorio con una bata blanca y un estetoscopio y te dice sacate la camisa y decí treinta y tres, vas a pensar que es un doctor. Y después, cuando te diga que tenés pie de atleta aunque lo que te duele es una oreja no vas a pensar que no es doctor, vas a decir qué pelotudos son los médicos, no entienden una goma.

"Los K se la pasaron diciendo que eran médicos, y sería injusto culparlos por eso. Después de 2001 era notorio que se había abierto un espacio de cambio: la ¿izquierda? lo dejó libre, y la naturaleza y el ¿peronismo? tienen horror al vacío. Entonces los K corrieron a asaltarlo: desenterraron, tras mantenerlas sepultadas 25 años, sus pequeñas historias juveniles y supusieron que con eso les alcanzaba para borrar sus años de negocios impresentables y menemismo activo. No hay por qué culparlos: ellos tenían que intentarlo. Los que no teníamos por qué tragarlo éramos los demás, pero parece que, tras declararnos huérfanos orgullosos, nos asustamos y salimos a buscar un papá.

"Así que vinieron, ocuparon ese espacio, usaron algunos de sus símbolos y proclamaron que su gobierno es progre o que es de centroizquierda o que está del lado del pueblo o esas cosas y se pusieron a hablar de justicia social y derechos humanos y redistribución de la riqueza –aunque acumulen miles de millones y los usen para pagarles a los países centrales mientras las escuelas y los hospitales no funcionan, aunque sigan gobernando con los caciques habituales, aunque mantengan la desigualdad más insidiosa. Pero el discurso seguía tan progre y hubo quienes lo creyeron o simularon creerlo o pensaron que les convenía creerlo. Entonces los K cooptaron algunos de los movimientos sociales más reconocidos y los integraron a su aparato, con funciones cambiadas: las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo pasaron a ser su mejor firma de relaciones públicas, la legitimadora incuestionable; los piqueteros pasaron a ser su fuerza de choque, los clientes más fieles; ciertos intelectuales respetables pasaron a ser su coro griego, aplausos prestigiosos. Yo estoy absolutamente a favor de que ese tipo de movimientos se involucre en política partidaria: son políticos y toman partido, no podrían hacer otra cosa. La pena es que se peguen a un gobierno que no cambia nada, que desdeña las metas que esos movimientos proclamaban. Uno de los mayores logros del kirchnerismo –que el establishment alguna vez le agradecerá como merece– ha sido deslegitimar y esterilizar a las Madres, los piqueteros y compañía limitada.

"Pero el problema central es que las mayorías distraídas –fogoneadas por ciertos medios y ciertos grupos muy atentos– aceptan el discurso: sí, claro, es un gobierno medio zurdo, fijate, están las Madres, los piqueteros, mirá lo que dicen. Sí, así es como gobiernan estos tipos, un desastre, lo que hace falta es…

"Ése es el problema y es, ahora, sobre todo, un desafío para los que nos decimos más o menos de ¿izquierda? Digo izquierda para tratar de entendernos; ya sé, lo tengo escrito: somos confusos, tan confusos que no tenemos ni siquiera un nombre. Pero se pueden establecer ciertas características generales, casi obvias: cuando digo izquierda hablo de los que eligen creer que no tiene que haber ricos y pobres –que la diferencia entre los que tienen más y los que menos, si la hay, debe ser muy escasa. Los que eligen creer que todas las personas deben tener las mismas posibilidades de alojarse, curarse, aprender, trabajar, desarrollarse, y que el Estado sirve para garantizarlo. Que debe haber formas reales de participación de los ciudadanos en las decisiones políticas y en el control del gobierno. Que la justicia debe hacer justicia. Que ninguna institución religiosa o militar o económica puede imponer sus normas a los ciudadanos. Que el nacimiento, el género, las preferencias sexuales no deben definir el tratamiento que cada cual recibe de los otros. Que las personas son más importantes que las patrias.

"Son puntos básicos, pero ahora se alejan y se alejan. Si todo sigue así, si de nuevo conseguimos no hacer nada, dentro de tres años –con suerte– esto termina en un gobierno Macri-De Angeli, Carrió-Miguens, Solá-Balestrini o lo que sea que la nación bendiga. Ése es el problema: no este gobierno mediocre, sin objetivos claros, sin pertenencia definida, sin una base firme, que va y viene entre la realidad y su discurso, ya perdido, sino el efecto que este gobierno puede tener sobre los diez próximos años. Si esto sigue así el gobierno centrista de los Kirchner va a tener la culpa de una vuelta victoriosa de la derecha todavía más derecha a la política argentina. El período K terminará siendo un terrible cero a la izquierda.

"En eso, creo, debería consistir una política de ¿izquierda? en estos tres años: en tratar de buscar opciones que eviten el desastre anunciado. Hay tiempo, ideas nunca hubo. Pero ya estamos grandes –yo, por lo menos, ya estoy grande: no me quedan muchas otras chances. Si no hacemos algo más o menos pronto, los años diez van a ser otros años noventa y van a ser otra vergüenza, tan tristes de vivir, tan denigrantes."

Anónimo dijo...

Acerca de Caparros:
No hay presente sin pasado; y esto que parece una verdad de Perogrullo, no lo olvido a la hora de analizar lo que escribió Caparrós.
Creo que todo puede resumirse en el párrafo que dice "...no me quedan muchas otras chances..."; el narcisismo de Caparrós no es una novedad. Podríamos reemplazar la frase por una que diga (y sin por ello perder el significado) "...por favor, apúrense a realizar mis sueños antes que me muera, que no me banco el no poder realizarlos yo".
Depositar la culpa en el otro (que representa un padre) es facilmente comprensible para un niño que demanda.
La cuestión es qué pasa cuando ese que reclama ha sido un militante, comprometidísimo (según él mismo lo ha dicho), y, como la cosa no le gustó, optó por no militar activamente en mingún agrupamiento.
En realidad pasó a militar en el "frente" de la prensa independiente (siempre en multimedios trasnacionales) y su eje discursivo es el anuncio de catástrofes que, probablemente, sucedan, pues son propias del sistema capitalista.
Eso no lo convierte en una autoridad para tomarlo como faro -y guía- de las conductas de los que siguen al gobierno.
estoy convencida que este periodista es sumamente útil y funcional a la línea discursiva de las trasnacionales.
Sara Villanueva
Barrio Evita - La Matanza

Anónimo dijo...

Ay sarita, vos hablando de capitalismo, como si este gobierno no lo fuera. ¿Qué tiene de malo que Caparrós se haya decepcionado con el peronismo de los 70? A muchos les pasó. A mi me parecen pero los intelectuales que po bajar el cuadrito de Videla, cosa con la que estoy de acuerdo, apoyen a este gobiernoa toda costa, a pesar de la mayor pobreza y degrinación de la sociedad. Porque, Sara, si caminás un poquito la calle, las cosas no están mejor,bah, mejor que el 2001 están, pero están bien?me parece que no, van para peor.
Eso de la militancia ciega me saca, militantes ciegos como ustedes se bancaron, y votaron las dos veces, al turco impresentable porque ¿"como voy a traicionar al partido?". En nombre del partido muchos de ustedes traicionaron al pueblo y a la nación. Un poquito de autocritica, por favor. Mal no les va a venir.